La cara de Alba Carrillo es una de las más asiduas en los programas de entretenimiento de Mediaset España. Su autenticidad, espontaneidad e intensidad le han llevado a lo más alto de los realities show en los que ha participado. La modelo repasa en Espía TV su paso por la pequeña pantalla y anuncia qué proyecto televisivo le gustaría hacer.
Tu primera aparición televisiva fue en 2007 como concursante de Supermodelo. ¿Cómo surgió presentarte al casting?
Yo estaba estudiando Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid, carrera que terminé, y surgió con unas amigas la idea de presentarme al casting. Yo les dije que, si me salía bien el examen de ese día, iba. Me salió bien porque siempre he sido muy buena estudiante y me fui al Corte Inglés de Sanchinarro. Yo era la aspirante 2150. No se me olvidará nunca el número de la pegatina.
Una vez ya dentro, ¿qué fue lo más duro de la experiencia?
Aprendí mucho. Yo no tenía ni idea del mundo del modelaje. Lo más difícil fue comprender el funcionamiento de la televisión y de un reality show cuando eres nuevo en el sector.
Tu participación propició que trabajases con marcas reconocidas en la industria de la moda. ¿Es verdad la doble moral de la que se habla y las altas exigencias a las modelos?
Absolutamente. Es cierto que a veces si das el índice de masa corporal no cabes en la ropa. Esa fórmula no es un indicador de salud. Las modelos tienen una constitución diferente. Somos más altas de la media y muchas son muy delgadas y están sanas, es su constitución. Hay gente que puede dar el IMC y estar enferma. No es una correcta medición de la salud.
¿Has llegado a vivir alguna situación incómoda?
No, para mí la moda no fue nunca vocacional. Me encanta y disfruto con la ropa, pero mi sueño no era ser modelo. Yo quería ser publicista. Por lo tanto, nunca sufrí con nada porque no era mi sueño.
¿Qué tiene el mundo de la televisión para que decidieses aparcar el modelaje?
Es divertidísimo. Disfruto mucho con el entretenimiento. Me encanta poder aportar, comunicarme e interactuar. Cosa que no tenía en la moda. Además, mi hijo es mi prioridad y ya no quería viajar tanto y estar tan sola. La televisión me permite hacer mi vida diaria y dormir en casa con mi familia.
Desde 2012 has frecuentado los platós de televisión, tanto de presentadora como de colaboradora. ¿En cuál de ellos has crecido más como profesional?
En todos he aprendido. Me considero una afortunada porque he hecho muchas cosas y he disfrutado mucho; con lo bueno y con lo malo. En los realities show aprendes mucho sobre ti mismo y, actualmente en Ya es Mediodía, me siento como en casa. Puedo ser yo y aportar mi esencia y me hace muy feliz.
Conducir un late night en un canal como Telecinco es algo que muy pocos logran. ¿Qué sentiste cuándo presentaste Hable con ellas?
Estaba en un momento personal difícil y para mí fue como una medicina. Por eso, me tiré a la piscina de forma inconsciente y no sentí la responsabilidad de lo que estaba haciendo, sólo el alivio de entretenerme mientras entretenía. Me vino fenomenal. Mis compañeras, además, fueron muy generosas y me ayudaron mucho a aprender. Ellas eran ya pesos pesados de la televisión; Sandra Barneda, Rocío Carrasco, Mónica Martínez... Ahí comprendí que, para ser buen profesional, hay que ser buena persona. Ellas eran grandes profesionales, estaban seguras de sí mismas y no tenían miedo de la ‘novata’, me querían ayudar. Siempre les estaré agradecida.
En 2017 volviste al mundo de los realities show como concursante de Supervivientes y casi te proclamas ganadora. ¿En algún momento pensaste en llegar tan lejos?
No, necesitaba el dinero porque empezaba una nueva etapa vital y quería, después de un tiempo oyendo mentiras sobre mí tras mi separación, que me conocieran de verdad. Con mis luces y mis sombras. Y ese fue, para mí, el mayor premio. La gente pudo descubrirme. Supervivientes me devolvió la autoestima perdida, me vi capaz de vivir sola y relacionarme con gente que no conocía. Todo lo que conseguí fue por mí misma y eso fue un chute de autoestima brutal.
Fuiste una de las protagonistas de la edición y además tuviste más de un enfrentamiento con tus compañeros, entre ellos con Gloria Camila. ¿Cómo es tu relación con ella actualmente?
No tengo relación con ella y cuando entramos tampoco teníamos cuentas pendientes. Yo creo que eso es muy del medievo y de la honra. Yo juzgo a la gente por su relación conmigo. Intento no prejuzgar, pero la vida suele hacer que corrobores cosas que ya intuías.
Dos años más tarde entraste en GH VIP y te reencontraste con Kiko Jiménez, compañero tuyo de Supervivientes. ¿Ha cambiado tu relación con él desde que terminó la edición?
No, es compañero de Telecinco. Si le veo le saludo, pero no somos amigos. Al final, yo soy muy visceral y muy extremista. He ido aprendiendo que la gente no tiene que ser tu amiga o tu enemiga. Pueden ser compañeros o personas, sin más.
Uno de los compañeros con los que más disputas tuviste fue Antonio David Flores. ¿Crees que todo lo que está saliendo a la luz sobre él muestra su verdadera personalidad?
Sí, ese es el Antonio David que yo conocí. Empecé fuerte con él y reculé porque no se debe prejuzgar. Le di la oportunidad de tener otro concepto de él y lo que conocí fue peor. Poco a poco todo sale. Nadie escapa a la verdad. Aunque hay veces que hay que tener paciencia.
Noemí Salazar y Estela Grande fueron apoyos fundamentales para ti en GH VIP e incluso habéis estado juntas en Los Gipsy Kings. ¿Seguís manteniendo el contacto a día de hoy?
Claro, somos muy amigas. Creamos el concepto pijitanas y se ha desarrollado en Los Gipsy King, pero ahora ellos terminan su etapa y las pijitanas siguen. Estamos muy felices con la acogida del público.
Un dato curioso es que eres la única concursante en España que ha conseguido llegar a todas las finales de los realities en los que ha concursado. ¿En qué crees que reside el éxito de tus participaciones?
Desde luego llegar a una final de reality show es un éxito porque es una experiencia dura, aunque gratificante siempre. No hay secretos. Soy como soy para lo bueno y para lo malo. Además, creo que la gente premia la autenticidad.
¿Entrarías a algún otro reality show o prefieres centrarte en tu carrera como colaboradora?
Nunca descarto nada. Económicamente y emocionalmente es algo muy enriquecedor y no cierro puertas.
Actualmente estás colaborando en Ya es mediodía y se te ve muy cómoda, pero, ¿en qué proyecto de televisión te ves trabajando en un futuro?
En Ya es mediodía estoy en familia. Adoro a todo el equipo. Me dejan ser quién soy y valoran mis defectos y virtudes. Agradezco mucho estar en este programa y tener a mis compañeros en mi vida. De hecho, siempre digo que si me tocara la lotería no dejaría de ir.
Me encantaría volver a hacer algo estilo Hable con ellas. En prime time. Divertido, diverso. Un programa de esos que te hacen estar concentrada cuatro horas y que requieren lo mejor de ti. Tu rapidez, tus ganas, tu humor, tu lado más sensible... Me encanta improvisar y en directo que es brutal. Confío en poder hacer más cosas que me saquen de mi zona de confort, me remuevan y me hagan sentir viva.
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