Gustavo González es uno de los colaboradores de televisión más conocidos del momento. Sus reportajes como paparazzi han contribuido en el desarrollo de la prensa del corazón desde hace más de 30 años. El periodista ha expresado a Espía TV cómo es trabajar en Sálvame y no ha dudado en sincerarse sobre la relación con sus compañeros.
Estudiaste Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y te surgió la posibilidad de trabajar en la agencia Ares. ¿Cómo recuerdas tu primer contacto con la comunicación?
Yo vengo de una familia muy humilde y para pagarme la carrera trabajaba de pintor de brocha gorda. Después empecé a ser profesor de fotografía y producción de vídeo y lo tuve que aparcar porque me surgió la posibilidad de irme a Estados Unidos como reportero. La verdad es que fue una iluminación porque no sabía que me gustase tanto. Yo nací siendo fotógrafo porque mi padre lo era, pero lo del reporterismo nunca me lo había planteado hasta el punto que yo no conocía ningún personaje y el primer día me dieron una caja llena de revistas para que me familiarizase con las caras.
¿Alguna vez, durante tus estudios, pensaste en dedicarte a la prensa del corazón?
Jamás y es algo que no existe en la carrera. Reivindico la prensa del corazón porque posiblemente sea la más fidedigna puesto que pasa determinados filtros: las agencias, las revistas, etc. Tú no puedes publicar sin demostrarlo. Yo creo que es un error que no se imparta algo que esté relacionado con la prensa rosa ya que ha existido siempre. No muestras a los futuros periodistas que existe este camino y que está muy bien. Hay programas de entretenimiento en los que se puede desarrollar el trabajo periodístico con mucha dignidad.
Hay algunos periodistas que son muy elitistas y no quieren saber nada de la prensa del corazón, aunque muchas veces nos encontramos cubriendo la misma noticia. Yo recuerdo que en el caso Bárcenas me mandaron a cubrir la información y hacemos el mismo trabajo. Insisto que somos periodistas y lo importante es trabajar con rigor y con profesionalidad.
La prensa rosa y la fotografía siempre han estado vinculadas a tu carrera profesional. ¿Cómo recuerdas la etapa como director de Premier Media y de Código Press?
La prensa del corazón está en un momento complicado por el salto a la prensa digital y hay muchos reporteros que han dejado de trabajar en esto. En Premier Media yo era socio de mis hermanos. De hecho, en prensa nos conocían como los hermanos Dalton porque éramos cuatro. El único que cursó estudios en la Facultad de Ciencias de la Información fui yo, el resto eran reporteros. Dos de ellos ya lo dejaron y solo permanecemos en esto Roberto y yo. Y, más tarde, formé la agencia Código Press con Diego Arrabal, aunque cerró hace cuatro años ya que es muy complicada la transición de la prensa escrita a la prensa digital. Hay que saber adaptarse y reinventarse.
¿Algún famoso ha intentado censurar tu trabajo?
Lo del cajón que determinadas revistas compraban informaciones y no las publicaban o lo hacían de aquella manera es una realidad. Eso ahora no ocurre ya que no compensa. Alguna vez sí que he vendido un reportaje a una revista y no se ha hecho público, sino que se ha publicado un posado de ese famoso. Antes se cuidaba a los personajes, ahora no. Yo trabajo para publicar, no me pongo en contacto con un personaje y le digo que hay un reportaje, eso sería chantaje.
Me pasó con Finito de Córdoba y Ana Obregón. Él estaba a punto de casarse y ella mantenía una relación sentimental con un escritor. Tuvieron una noche loca en un hotel de Mallorca y los fotografiamos. Esto llego a oídos de Córdoba y nos ofreció una cantidad de dinero casi insultante por no publicar esas fotografías. Nosotros decidimos no escuchar, las vendimos y una revista pagó por ellas diez veces menos que lo que nos ofrecían.
¿Qué debe tener un buen paparazzi?
Un buen paparazzi sobre todo debe ser valiente, tener decisiones rápidas, agilidad mental, tiene que tener mucho desparpajo, muchísima paciencia, una capacidad de análisis importante y luego, a parte, ser buen fotógrafo. El trabajo de paparazzi es muy parecido al de detective privado, son muchas horas de guardia y una gran capacidad de investigar y buscar la noticia.
Además de paparazzi, tienes un largo recorrido como colaborador de televisión. ¿Cómo recuerdas ese primer paso a estar delante de las cámaras?
Mi primera aparición como colaborador fue con María Teresa Campos y le tengo mucho cariño porque es la primera persona que se fijó en mí. María Teresa es una persona que al principio guarda las distancias, no se relacionaba mucho con la redacción. Después he tenido la oportunidad de hacerle reportajes y conmigo siempre se ha portado bien. No somos amigos, pero cuando coincidimos tenemos buen trato.
¿Y cómo es tu relación con Terelu Campos?
Con ella no he tenido mucha relación porque tuvimos un problema. Yo, como reportero, hice un reportaje del que era su pareja, Pipi Estrada, siéndole infiel y ella durante años me retiró la palabra. Terelu es buena gente, buena persona y los dos hemos sabido perdonarnos las cosas que nos ofendieron en su día.
¿Qué programa recuerdas con más cariño?
La etapa más bonita como colaborador fue la de Como la vida con Alicia Senovilla. Era un programa con mucho desparpajo, con pocos medios y, en aquel entonces, ganábamos a la reina de las mañanas, María Teresa Campos. Fueron dos temporadas, pero la verdad que muy buenas. Yo crecí en ese programa y tuve protagonismo. DEC también fue muy importante en mi carrera. Además, los colaboradores hicimos piña y pasamos la barrera del compañerismo para ser amigos.
Tras terminar DEC algunos de los colaboradores fichasteis por Sálvame ¿Cómo fue el cambio y adaptarse a un programa en el que estáis en primera línea de fuego?
La verdad es que fue curioso. En un principio cuando terminó ¿Dónde estás corazón? fue un bajón para todos. La única que había pasado a Telecinco antes de que terminase el programa fue Chelo García-Cortés. Nosotros vimos desde Antena 3 como pasó de ser una periodista reconocida a ser un personaje televisivo. Cuando la vimos sentarse en el polígrafo pensamos que esto había cambiado mucho y nos preocupamos.
El siguiente fui yo. Nada más sentarme ya noté el cambio porque la mayoría de colaboradores que había te recibían con causas pendientes. Yo recuerdo que tuve un rifirrafe muy gordo con Rosa Benito por informaciones que había dado sobre Rocío Jurado y José Ortega Cano que, por cierto, luego la misma Rosa reconoció. De hecho, una de las primeras cosas que me soltaron nada más sentarme fue mi relación con María Lapiedra.
Sálvame es un programa al que tienes que ir preparado. Ha habido grandes periodistas que no han sabido asimilar ese formato. Por ejemplo, Jesús Mariñas, al que tengo muchísimo cariño, no aguantó. Además, es historia de la televisión porque se ha reinventado constantemente. El lenguaje televisivo va cambiando y uno de los programas que ha permitido ese cambio es Sálvame. Creo que ha roto todos los cánones. Es un espectáculo que es maravilloso para los espectadores porque no saben qué va a pasar cada día.
¿Ha cambiado tu relación con tus compañeros de DEC?
A Gema le tengo muchísima estima, pero no tengo más relación que la profesional y con el resto tengo buena relación. Con Chelo García-Cortés me llevo muy bien e incluso nos llamamos a menudo, Antonio Montero es como si fuese mi hermano y a María Patiño le tengo mucho cariño.
¿Alguna vez has llegado a pensar en abandonar Sálvame?
Si, lo he pensado en algunas ocasiones. La etapa en la que me divorcié y se destapó mi relación con María lo pasé mal. Yo tenía la mente tan obtusa por lo que estaba pasando en mi vida que no lo supe asimilar. Hay momentos en los que piensas que no puedes soportar tanto estrés, pero al final es como se lo plantee cada uno. Antonio Montero dice que hay que tomárselo con otra filosofía.
¿Con qué colaboradores o presentadores tienes más confianza?
Con Alonso Caparrós, que es un hombre encantador, con Jesús Manuel Ruíz, con Mila Ximénez, con Lydia Lozano que la conozco desde hace más de treinta años, pero, sobre todo, con Antonio Montero. Yo con Mila me he matado en muchas ocasiones, pero es una mujer muy humilde y tiene la capacidad de pedirte disculpas cuando se equivoca y eso es muy importante. Y como presentadores tengo buena relación con todos, pero sobre todo con Paz Padilla, es un ser maravilloso. A parte de una gran profesional es una mujer en la que nos tenemos que mirar muchos. Tiene una gran capacidad para hacer espectáculo, pero también es una mujer hipersensible y muy inteligente.
¿Participarías en algún reality show de Telecinco?
El único que haría es Supervivientes porque para mí es un reto personal, no iría con la mente de hacer minutos de televisión. La supervivencia me llama mucho la atención y es un programa cuyo formato es más blanco que el de otros realities. El conflicto está presente, las condiciones lo propician y seguramente no tienes el mismo aguante, pero es el único en el que participaría. Me costaría hacerlo ahora porque estoy encantado con mi hija pequeña pero no es un programa en el que me disgustaría concursar.
Comments